En "El País Semanal", con motivo de un reportaje publicitario sobre relojes, estaba presente un relato corto de Lola Beccaria dónde de forma muy literaria y recurriendo a una historia de amor trágico como argumento principal, se relata la historia de dos seres inmortales como el paso del tiempo.
Desde los Egipcios hasta hoy, y en forma de epístola, la amante no correspondida escribe a su amado a través de la historia entre relojes conocidos como el de la Puerta del Sol o el de la Plaza de San Marcos.
A partir del relato podemos extraer varios aforismos memorables:
“El desamor es ambicioso, incluso para su propio daño”
“Para quien ama sumido en la duda, el tiempo es un castigo”
“Sólo los amantes cuentan el tiempo”
“Las horas de la pena son más largas que las de la felicidad”
“Cada tictac es un acorde de tensión amorosa no resuelta"
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