En este contexto de represión que marcó unos oscuros años en la historia de España, la poesía social parecía un buen modo de camuflar los sentimientos hacia la realidad. Así, podemos dividir a los autores del género en dos generaciones:
- Posguerra años 40: Gabriel Celaya, Blas de Otero, José Hierro... Poesía evasiva. Se caracterizan por escribir sobre cosas alegres al margen de la fuerte represión y los duros tiempos. Critican el lenguaje, utilizando por su parte uno más coloquial.Dámaso Alonso con “Hijos de la ira” (1944) emplea este lenguaje más cotidiano.
- Posguerra años 50: a esta generación también se les llama “niños de la guerra”. Los poetas del 56 se forman en los años del franquismo y reaccionan a él. Huían de una poesía demasiado directa o panfletaria y le daban, a su parecer, sus propias exigencias. Para defender sus ideas utilizan en buena medida la ironía, el simbolismo e inventan estrategias para escapar a la censura. Son poetas de realismo crítico, aunque esta generación también acoge a grandes narradores, como Goytisolo. Un poeta representativo de esta generación es Ángel González. Comienza con Áspero mundo (1956); después empezará a escribir poesía de crítica hacia la sociedad contemporánea, como Grado elemental (1962) o Tratado de urbanismo (1967)
Como se puede comprobar, la prosa y la poesía como reflejo de una ideología no es algo nuevo. La literatura se pone así al servicio de algo más, atendiendo a pensamientos y principios que van más allá del estilo.
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